sábado, 2 de mayo de 2009

PRIMEROS ANUNCIOS DE LA PRENSA EN LEBU


El atractivo pasado histórico de Lebu, nos enfrenta a la gran necesidad de investigar hechos curiosos que encontramos al sumergirnos en la antigua crónica de un diario en pleno periodo republicano durante 1874. La publicación del periódico “El Picaflor”, aparecía semanalmente los sábados por la tarde bajo el registro la imprenta “De los hombres libre” .
Siendo su director responsable M J Roa, en la ciudad de Lebu. Me detengo en el recorrido de sus escasas páginas, para transcribir la noticia más importante de dicho año: “28 de marzo de 1874, el cronista escribe: En el día de hoy a Lebu se le ha concedido el titulo de ciudad, por lo tanto deja de ser pueblo”. A esta noticia le sigue el siguiente comentario el cual transcribo textualmente “A la vista esta el gran adelanto de nuestro pueblo, que en estos once años no cumplidos aun, ha marchado de modo sorprendente por la vía del progreso, este joven pueblo que hoy se le ha concedido el titulo de ciudad, se demarco la área de la población el 6 de octubre de 1863”. Es así como vemos que el acta de fundación de Lebu, se formaliza como documento un 8 de octubre de 1862, fecha que ha quedado grabada y que vale la pena recordar en el registro de nuestra memoria histórica, en la que vale recordar que tras largos años, de ardua investigación el historiador José Alejandro Pizarro Soto logra la ubicación de la extraviada acta fundacional durante el largo proceso de investigación en el Archivo Nacional, inquietud que llevo a mi padre a pasar una gran parte de su vida en esta indagación y lograr finalmente determinar la fecha exacta de la fundación de Lebu, acabando así con viejos mitos .La fuente documental del periódico “El Picaflor” del 28 de marzo de 1874, a solo doce años de la fundación de la ciudad publica parte de lo vivido por la pequeña comunidad que comenzaba a forjar un futuro para esta naciente ciudad. Siguiendo la crónica durante el transcurso del año 1874, en Lebu comienzan a proliferar los talleres de artesanos, famosos por sus decorativos labrados, también durante el transcurso de este mismo año Lebu llega a tener cuatro astilleros, importante fue también en este mismo periodo la existencia de una gran fábrica de ladrillos. Siguiendo el transcurso de este mismo año, nos encontramos con el censo de la población que ascendía a 30.000 habitantes contando con todo el personal que estaba empleado en los establecimientos carboníferos, razón por la cual, se levantaban los dos primeros hoteles en la ciudad, y con gran contento también se anunciaba de la siguiente manera en las páginas de dicho periódico, el gran sueño de la población de Lebu, la creación del alumbrado publico. Transcribo un par de anuncios referentes a los dos hoteles antes mencionados: el primero corresponde al “Hotel Lebu”, y es el sgte: “Abril, 1874, pongo en conocimiento del publico, que el acreditado hotel de mi pertenencia y desde esta fecha en adelante dará comida a los pensionistas que se dignen honrarme con su asistencia por el módico precio de 18 pesos mensuales, para aquellas personas que por sus ocupaciones no pudieran concurrir al hotel, los atendería por 15 pesos, ¡con que a la ganga señores! 6 de abril de 1874, firma su propietario don Guillermo Weinberger”. El segundo aviso que anunciaba uno de estos flamantes hoteles correspondía al “Hotel de Lebu”, situado en la calle del Río (actual calle Rioseco), cuyo anuncio era el sgte: “de su nombre ofrece a los señores que quieren favorecerlo recomendándose en él muy especialmente del mucho acceso y buena mesa, para demás pormenores pueden verse con el dueño, Ángel Grondoni, abril Lebu, 1874”.
Puede decirse que Lebu, durante este periodo contaba con una multi tienda que llevaba por nombre “La Banderita”, anunciaba la interminable lista de artículos en sus más variados usos, así también se anunciaba conjuntamente con la llegada de los grandes vapores que provenían de diferentes latitudes, llegaban así a esta gran tienda los artículos para la familia, el comercio y el hogar, entre las que destacan en su larga lista, sedas bordadas, terciopelos, encajes, finísimas telas para confeccionar cortinajes y elegantes tapices para el mobiliario, vajilla inglesa, y cristalería de legitima procedencia europea. Es impresionante recorrer las importantes partidas de mercadería importada que en la época publicaba el periódico “El Picaflor”, la fina elegancia de la época, comenzaba a instalarse como modalidad en los habitantes de Lebu, quienes ya comenzaban a adoptar las construcciones europeas para levantar sus residencias, los tapices traídos desde Europa lucían también en las altas murallas de los salones y alcobas, todo llegaba a granell y en gran abundancia, licores, comestibles, etc, etc.
Sin duda este puerto pujante que en pleno año 1874, visualizaba el esplendor para Lebu a través del comercio marítimo nos hace soñar con la gala de la época que comenzaba a enmarcarse en buenos augurios y en un clima de prosperidad que continuo en los años venideros, vale decir hasta mediados de 1920, es decir justo y coincidiendo con el comienzo y fin de la Belle Pop.
Internarse en el pasado histórico de Lebu, nos sorprende cada vez más, anécdotas, curiosidades, que se vivían día a día, también iban siendo publicadas en este periódico,
Infaltables son las ventas de terrenos y loteos por las calles de Lebu, también publicados a la cabeza de su escribano publico don Ramón Saavedra, quien fue testigo de las primeras familias que se establecen para elevar hermosas construcciones ya desaparecidas.

Publicado en la Revista Cultural "El Bote", n 60 , Enero 2009, Lebu.