miércoles, 14 de mayo de 2014
ENTREVISTA A RAÙL HERMOSILLA HANNE (III PARTE)
Publicado en Revista Cultural "El Bote", n 102, Agosto, 2013, Lebu.
NUESTRO ENCUENTRO CON ISLA MOCHA
Sastifactorio fue el resultado del operativo odontológico realizado en Isla Mocha, hasta donde llego un equipo de voluntarios con el fin de dar asistencia dental, a los habitantes de ese apartado punto de nuestra región. El operativo estuvo a cargo del cirujano dentista de la Universidad de Chile, Doctor Hernan Verdugo Encina, (quien se desempeño durante cuarentaicinco años en el servicio dental de la Posta Central de Santiago) y es quien estuvo a cargo en este operativo de los estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad Andrés Bello, de nuestra capital. ellos son Ignacio Verdugo Pizarro, Andrea Rodriguez, y Sergio Dinamarca, también hizo su valioso aporte el estudiante del Duoc Marco Alvarado, confeccionando las fichas clínicas de cada uno de los pacientes atendidos. Para este efecto se ocuparon las dependencias de la Clínica Dental que posee la Posta Rural de Isla Mocha, a cargo del paramedico Eric Zapata quien dio todas las facilidades para este objetivo. Durante los días 7 y 8 del mes en curso la atención comenzo aproximadamente a las ocho y media de la mañana y se prolongo hasta cerca de las tres de la tarde, esta atención dental abarco niños de dos años hasta adultos mayores sobre los ochenta años. Nuestra gran recompensa fueron todas aquellas muestras de afecto y gratitud que recibimos en medio de las expresiones de agradecimiento. Considero un deber destacar tanto el admirable desempeño como la impecable gestión del Teniente Marina, Capitán del Puerto de Lebu Señor Eduardo Letelier Vidal, quien ha dejado de manifiesto su gran condición humana que se ve reflejada en su gran espíritu de servicio, al preocuparse de los lugares mas apartados, donde mucha gente tiene muy pocas posibilidades, de poder viajar al continente. También pude llevar mi gestión cultural hasta la Escuela Rural de Isla Mocha, donde tuve la enorme alegría de compartir con Mariana su directora, quien me manifesto que la Revista Cultural "El Bote", constituye para la escuela un valioso aporte de apoyo para los profesores y alumnos. Estamos ciertos de que esta revista entrega un excelente material y me alegra y emociona a la vez el haber podido ver unos cuantos ejemplares en la Biblioteca de la Escuela. También me divertí mucho con la historia de los gansos que a toda hora caminan por la Isla, especialmente por la orilla de las playas. Estos son llamados los "Gansos Rocha". La historia de estos gansos comienza hace un tiempo atrás cuando nuestro querido y gran amigo Jaime Rocha visito la Isla Mocha llevando de regalo unos huevos, que pronto pasarían a ser estos atractivos y emplumados personajes. Durante las horas del operativo me dedicaba a recorrer algunos lugares cercanos para conversar con la gente y así conocí a unas personas increibles que se dedican a la pesca artesanal, quienes además me relataron historias de la mitología propia de la isla, también quede muy sorprendida por el conocimiento arqueologico que poseen muchos de ellos, es la información que se va heredando a través de las generaciones por medio de la transmisión oral y que probablemente ha venido de sus ancestros. En la Isla mocha hay muchas personas que tienen a su cuidado una cantidad interesante de cerámicas de la cultura Lafkenche, fosiles, puntas de flecha, antiguas conchas y caracolas que constituyen un legado que ellos respetan mucho y es así como se han prevervado estas importantes colecciones que son dignas de ser exhibidas en las vitrinas de un museo. Este interesante patrimonio de la Isla Mocha, merece un lugar de honor en nuestra historia. Que grato es poder volver a recordar todos aquellos momentos vividos en esta inolvidable travesía hecha a la isla por mar que nos ha dejado el mas bello y grato de los recuerdos, fue todo tan increíble y mágico a la vez, aun creo estar a borde de esa lancha de la Armada de Chile, donde disfrute una navegacion increíble junto a mi marido y a mi hijo Ignacio que junto a sus compañeros de Universidad se emocionaron tanto al divisar la isla desde lejos, luego de cinco horas de impresionante navegacion. También en la Isla Mocha pude observar, la increíble convivencia que existe entre los animales, ellos viven en un grado tal de armonía que sobrecoge el corazón, perros jugando ente las vacas, gatos jugando entre las aves, la insólita amistad entre los corderos y los perros, y aquellos adorables y sociables gansos que aquí en la Isla no acostumbran a huir del hombre y tampoco atacan a nadie. En medio de la Isla nos topamos varias con los anuncios de la CONAF, los que invitan a cuidar este verdaderos tesoro arqueologico con sus aves autóctonas que trinan y sus especies nativas que se encuentran en medio de este hermoso paraje, entre los cerros y los solitarios rincones. Sin duda un lugar para rehacerse completamente y tal vez volver a replantearse a si mismo, y tomar de este lugar las insospechadas energías que sin duda y personalmente percibí en toda su dimensión. Pero como los sueños terminan, ya teníamos que regresar al continente. En nuestra ultima noche en la isla estuvimos invitados a una inolvidable velada en la unidad que en la Isla Mocha mantienen los marinos y sus respectivas familias, con el acompañamientos de guitarras todos corearon las canciones ochenteras, en medio de un buen e infaltable asado de cordero. La Isla Mocha nos despidió con una espectacular noche de luna, resplandor que en medio de la noche parecía como si se hubiese detenido el tiempo en alguna época muy lejana.
Publicado en Revista Cultural "El Bote", n 85, Marzo, 2012, Lebu.
FRESIA LARA: UN HOMENAJE A TU PARTIDA
Fresia Lara, aquella mujer integra que supo ser tambièn la madre de muchos de nosotros, ha partido hacia aquel viaje en donde seguramente nos va a seguir acompañando por la eternidad. Hoy siento la gran necesidad de recordar con profunda gratitud tu memoria. Fresia Lara fundò en Lebu una hermosisima y notable familia junto a su esposo Manuel Salgado Fritz y sus seis hijos: Miriam, Sandra, Fresia, Naty, Sabina, Alexis. Una familia que marcò el registro ejemplar de la cual muchos de nosotros fuimos integrados por el inmenso cariño desplegado en medio de la atmosfera de amor que en alguna medida tambien recibi personalmente, en mi epoca de juventud, cuando recien saliamos de la niñez y hoy recordar a Fresia en su partida siento partir a mi segunda madre pero al mismo tiempo el recuerdo de ese gran valor que nos legò hoy me sirve para comprender tantos de aquellos nobles principios que con su ejemplo a lo largo de nuestras vidas indudablemente nos ha servido tanto. Fresia, llevas el nombre de una flor, hermosa, transparente y pura como fue tu alma. Los mejores recuerdos de mi vida siempre estaran en Lebu, cuantos momentos felices en medio de tu familia, en el cielo seguiras sembrando flores y seguramente formaras un maravilloso jardin en el paraiso junto a Dios. Te doy gracias por tus manos de madre santa a nombre de todos aquellos que esperamos el pan, aquel que comiamos recièn amasado, en la casa de calle Rioseco junto al mercado, lugar que fuera propiedad de unas de las familias màs queridas e ilustres de nuestra querida ciudad de lebu.
A tu memoria Fresia, mujer inolvidable, mamita de mi corazòn, te dedico este fragmento del poema "La Mamadre" de Pablo Neruda, un poeta que tu junto a Manuel tanto admiraron y que tuvieron el privilegio de compartir con èl en Lebu
"y eso fuiste: la vida te hizo pan
y allí te consumimos,
invierno largo a invierno desolado
con las goteras dentro
de la casa
y tu humildad ubicua
desgranando
el áspero
cereal de la pobreza
como si hubieras ido
repartiendo
un río de diamantes.
Ay mamá, ¿cómo pude
vivir sin recordarte
cada minuto mío?
No es posible. Yo llevo
tu Marverde en mi sangre,
el apellido
del pan que se reparte,
de aquellas
dulces manos
que cortaron del saco de la harina
los calzoncillos de mi infancia,
de la que cocinó, planchó, lavó,
sembró, calmó la fiebre,
y cuando todo estuvo hecho,
y ya podía
yo sostenerme con los pies seguros,
se fue, cumplida, oscura,
al pequeño ataúd
donde por primera vez estuvo ociosa
bajo la dura lluvia de Temuco. "
Publicado en Revista Cultural "El Bote", n
EL ROSAL UN SITIO HISTORICO EN NUESTRA MEMORIA
Tras el triunfo de la Batalla de
Maipú se debilitan los ánimos del ejército realista en retirada, surgía el
temor y sus temidas consecuencias y el reinante clima de inseguridad y
desconcierto preocupa a los habitantes del antiguo convento de las monjas
trinitarias de Concepción, quienes deciden abandonar dicho convento para buscar
refugio en lugares más seguros. Así es como nos señala este histórico suceso el
historiador José Alejandro Pizarro Soto quien nos señala en su libro “Lebu, de
la leufumapu a su centenario” que las monjas trinitarias de Concepción
abandonan el convento un 24 de septiembre de 1818. Esta congregación religiosa
estaba compuesta por 32 monjas, cuatro capellanes, algunas viejas criadas, y un
noble y fiel servidor del convento que había querido seguirlas junto al
precario equipaje se incluían también unos famosos candelabros de plata. Y frente
a la apremiante situación se repartían entre lanchas y balsas donde por cerca
de una semana navegan por el rio Bio Bio rumbo a la ciudad de Nascimiento, en
busca de un nuevo refugio. Durante la navegación se ha extraviado la totalidad
de la documentación perteneciente al convento como títulos de propiedades,
hipotecas y prestamos. También sufren la lamentable perdida del archivo
fundacional del convento. Perdidas irreparables que las aguas del rio Bio Bio
se llevaban para siempre. Las monjas trinitarias permanecen en la ciudad de
Nascimiento cerca de tres meses, pero las noticias de la ocupación de
Concepción por el ejército de las fuerzas patriotas las hacen abandonar el
lugar en busca de un nuevo refugio, ocasión en que se unen a la fila del
coronel Sánchez, quien encabeza el ejercito realista en retirada que se dirige
hacia la ciudad de Angol, donde en el camino son interceptados por un ejercito
de avanzada comandado por el general Ramón Freire, quienes al comprobar que en
la columna de Sánchez avanzan también estas monjas se ordena de inmediato poner
alto al ataque. Así continuaba la difícil peregrinación de las monjas
trinitarias quienes seguían sorteando las innumerables dificultades propias de
su condición de religiosas, y donde con el paso de los días, la precariedad se
iba haciendo más notoria. Ya unidas al ejército realista permanecen unos días
en la ciudad de Angol donde llegan a mediados del mes de enero de 1819. En esta
oportunidad el Coronel Sánchez decidía cruzar la cordillera de Nahuelbuta y a
pesar de la escarpada topografía del lugar estas admirables monjas logran
llegar a Tucapel en medio de espesos bosques, por interrumpidos senderos, donde
finalmente los primeros días de febrero pernoctan en este lugar por un par de
días. El coronel Sánchez decide esta vez dividir sus fuerzas en dos grandes
bandos, los mas avezados y conocedores del terreno se unirían a las fuerzas de
Vicente Benavides, en el norte de la Araucanía, y el ejercito español por otro
lado dirigido por el mismo Coronel Sánchez, tomarían el camino de Tirua con el
fin de llegar hasta Valdivia, y por ultimo las monjas trinitarias partirían
hacia el valle de Lebu, donde serian rescatadas mas tarde por un barco que
saldría de Valdivia, para luego recogerlas en la boca del rio Lebú y enseguida
llevarlas al Perú. Y es así como Las monjas trinitarias llegan al valle de
Lebu, la ultima semana de febrero de 1819, donde son recibidas por un hombre de
confianza del coronel Sánchez, quien las conduce al pequeño rancho de su
propiedad en la ladera del cerro junto a la boca del Rio Lebu. En esta
congregación habían religiosas bastante jóvenes y otras de muy avanzada edad,
como el noble y viejo servidor del convento quien se había encargado de
custodiar aquellos antiguos candelabros de plata, únicos bienes que hasta el
momento poseían las monjas, ya que los bienes patrimoniales del convento se
deshacían en medio de las profundidades del rio Bio Bio. Con el paso de los
días saltaba a la vista el gran inconveniente que surge por la estrechez del pequeño
rancho y al poco andar la gran generosidad de don Andrés Lobos, propietario de
los terrenos del Rosal, a orillas del Rio Lebu, cedía a las monjas un par de
casas de buena madera donde las monjas habilitan cómodos espacios parta todos
ellos. Se esmeran por hermosear el lugar y organizan una gran huerta que les
permite el poder alimentarse. Habilitan también una capilla donde los lugareños
solían asistir a oir misa. Lo que nos hace pensar en la posibilidad de que las
monjas trinitarias también hayan cumplido una labor evangelizadora en el lugar,
mantienen también un dispensario donde entregaban atención de primeros
auxilios, especialmente en el periodo en que el valle de Lebu se vio afectado
por una violenta epidemia de tifus, en la cual también fallecen cinco de estas
monjas. Los pocos recursos se agotaban por esos días y las monjas deciden
alejarse por un tiempo del lugar, por lo que se proponen llegar hasta Valdivia.
En medio de aquel viaje surgen inconvenientes que no les permiten seguir
avanzando y deben devolverse nuevamente
al Rosal, donde encuentran un total deterioro, don de las casas están
prácticamente inhabitables, los efectos de la fuerte epidemia mostraban el
abandono total de los ranchos aledaños, por lo que las monjas buscan resguardo
en Pehuén, el que seria su ultimo refugio en este lugar, pues al poco tiempo
son ubicadas el 15 de diciembre de 1822, siendo enseguida trasladadas hasta
Valparaíso, donde son reintegradas a un conocido convento de esta ciudad. Cabe
destacar el interesante aporte que hace a esta crónica el historiador Raúl
Hermosilla Hanne, quien afirma que al finalizar la guerra de la independencia
unos patriotas llegan buscando refugio en el Rosal, cuando este aun estaba en
manos de las Monjas Trinitarias, quienes aportan sus famosos candelabros de
plata que son fundidos y transformados en un buen numero de monedas que se
acuñaron en este histórico lugar. Estas monedas llegaron a tener cierta fama y
se conocieron como las “Monedas Trinitarias”. También el historiador Raúl
Hermosilla Hanne afirma que “actualmente solo van quedando dos o tres nada mas
y que estas monedas hoy tienen un gran valor y son consideradas como piezas
únicas de colección”. Es así como este hecho constituye el importante aporte
que hace El Rosal a nuestra historia, en donde en aquellos lejanos días de la
independencia se acuñan en este histórico lugar aquellas famosas monedas
trinitarias que en definitiva fue el testimonio que dejaban estas monjas de su
paso, por Lebu. El final de esta historia da cuenta de la vida de estas
religiosas que vivieron largos años, alguna de ellas pasando los cien, y estos
son los milagros que siempre Lebu concede, a quienes buscan en su lecho el
refugio entre la tierra y el mar, que nunca nos abandonaran y esta es una
historia verídica que nos hace pensar que esta tierra de Lebu, es una tierra de
prodigios y de milagros.
Publicado en Revista Cultural "El Bote", n 83, Enero, 2012, Lebu.
CIEN NUMEROS DE LA REVISTA CULTURAL “EL BOTE”
Si hacemos un recuento de las publicaciones de
orden cultural que existen o han existido en nuestro país, muy pocas han
logrado llegar a los cien números, como hoy día lo es el caso de la revista
cultural “El Bote”, no vamos a analizar aquí la larga o corta vida de las
revistas culturales en general sino lo que nos corresponde es celebrar lo que
significa que una revista llegue a esta feliz periodicidad, para regocijo tanto
de quienes escriben en ella como para quienes son sus lectores. Conocemos desde
hace ya bastantes años el empeño del escritor Patricio Figueroa Gonzalez, tanto
en su impecable gestión cultural como promotor de encuentros literarios, de
agrupaciones multidiciplinarias, pero por sobre todo en querer entregar a la
comunidad del pueblo de lebu, una revista que de cuenta de todas sus
manifestaciones culturales y a la vez una revista en la cual cada lector (porque
esperamos que llegue el momento en que “El Bote” este presente en todas los
hogares de Lebu, así como lo esta en las Bibliotecas y colegios de la
provincia) reconozca algo de su propia identidad, de su propio hábitat, de cómo
habita (valga la rebundancia) ese hábitat, de cómo se relaciona con el paisaje,
y de cómo también esta atento al pasado,
al presente y al futuro de Lebu. Todas estas constantes forman parte primordial
de lo que es editorialmente la propuesta que realiza todos los meses esta
querida revista, y creemos que dentro de sus logros esta el ir progresivamente
logrando focalizar el como Lebu va construyendo una identidad como localidad, es
decir que hace que Lebu sea Lebu propiamentente tal. Lebu, es entonces el
pretexto, el motivo y la constante que da vida a esta publicación y para
graficar esto, haré alusión a un hecho particular como lo fue la última versión
del Festival de cine de Lebu, el pasado 28 de mayo en el Centro Cultural Estación
Mapocho de la ciudad de Santiago, hecho que aprovechamos de destacar y a la vez
aprovechamos de felicitar a su Directora, Claudia Pino, por lograr instaurar
una versión santiaguina del festival, que también cuenta con versiones en otros
países, lo cual es un gran logro y reconocimiento para Lebu. En esta ultima
versión del festival de Cine de Lebu, hubo una exhibición cultural, artesanal
gastronómica y turística de la ciudad de Lebu, organizada por la Cámara de Turismo y la Municipalidad de
Lebu. En tres stands se realizaron estas exhibiciones y como si fuera poco se
exhibía en una pantalla de televisión un recorrido por los lugares mas
emblemáticos de la ciudad de lebu, acompañado de fondo por una declamación del
poema “Carbòn” de Gonzalo Rojas Pizarro, una interpretación del himno de Lebu
(de Rene Rojas Lopez) a cargo del conjunto folclórico “Denukuyul”
Y además
cada estand estaba acompañado de fotografias que mostraban el pasado de la
actividad minera en Boca lebu. Me detengo en este hecho ya que esa tarde junto al escritor Lamberto Perez, a Nino, a
Walter Cerda, y su esposa (quien nos dio una verdadera y completa disertación
sobre el pasado de Boca Lebu), tuvimos una agradable conversión, como si
hubiésemos estado en un rincón de Boca Lebu o hubiésemos estado conversando en
un rincón de la plaza, tal es el arraigo nuestro en ese pedazo de geografía sureña
y en medio de todo este panorama, habían en una de las mesas de aquellos
estands ejemplares de la revista “El Bote”,
hecho que simboliza y significaba que dentro de lo mas representativo que estaba
en exhibición allí en materia de publicaciones, a parte de la tercera edición del
libro “Lebu de la leufumapu a su centenario” de Alejandro Pizarro Soto, por
parte de la Municipalidad de Lebu, gesto que agradezco infinitamente , el libro
recopilatorio de los trabajos en verso y prosa ganadores del concurso literario
“Gonzalo Rojas Pizarro” se encontraba nuestra querida Revista “El Bote” este
hecho lo menciono y destaco porque es un verdadero reconocimiento que se le otorga
al ser consideraba una revista que ya esta incorporada dentro de lo que es propiamente
lo referente a Lebu. Otro hecho que también quisiera destacar ya que esta
vivamente relacionado con nuestra querida revista es lo ocurrido el pasado 25
de abril en la Sala América de la Biblioteca Nacional con motivo del
lanzamiento del libro “Integra” que contiene las obras completas del poeta Gonzalo Rojas Pizarro, en una cuidada y
monumental edición del Fondo de Cultura Económica
en esa
ocasión fue gratamente sorprendente saber que la encargada de la edicion de
dichas obras completas, la investigadora investigadora del Instituto de
Investigaciones Filológicas de la Universidad Autónoma de México, Fabienne
Bradu, estaba en conocimiento de la
revista “El Bote” y mas aun la ha considerado como material para la biografía
sobre Gonzalo Rojas que actualmente esta preparando y la cual será publicada
aproximadamente el 2016 , lo cual nos habla de la proyección internacional que
este teniendo “El Bote”. Un último hecho que quiero destacar es la tesis
realizada por Karen Mena Avilés, estudiante de la Facultad de Humanidades de la
Universidad de Santiago de Chile, centrada en el tema “La búsqueda del tesoro,
identidad lebulense”
quien tuvo
como material de investigación ejemplares de la Revista “El Bote”, lo cual
también muestra como nuestra revista es también un aporte en los ámbitos
académicos.
Estos tres
hechos que he mencionado y que destaco en esta crónica quieren dar prueba
De la
existencia, permanencia y proyección de nuestra querida revista, y como no
mencionar que también detrás de estos cien números que hoy estamos celebramos
hay un trabajo de un fiel equipo de colaboradores que hacen y han hecho posible
que esto ocurra, no puedo dejar de mencionarles: Rene Tito Rojas, Miguel
Ramirez, Pedro Rosell, Claudio Rojas, Maximiliano Morales, Claudia Figueroa,
Salomón Navarrete y por supuesto
mencionar la generosidad de: Aldo Faùndez, Chela Carrillo, Luis Gillet, y DAEM
Lebu, a cada uno de ellos corresponde también un reconocimiento por lograr mantener
hasta ahora una publicación de la categoría de esta, una vez mas felicitaciones
a su principal responsable el escritor Patricio Figueroa Gonzalez, larga vida,
largos oleajes, larga navegación al “ El Bote”
Publicado en Revista Cultural "El Bote" n 100, Junio, 2013, Lebu.
ENTREVISTA A RAÙL HERMOSILLA HANNE (IV PARTE)
PP: Maravillosa mujer, si. Su casa era hermosa,
tenía cosas del “Yoserif”, Yo disfrutaba en esa casa y creo que ahí me enamore
de la historia, porque entrar a su casa era entrar un barco, ver cosas de una
cantidad enorme de lugares, en fin, esa gente era maravillosa, ya no hay gente
como esa, ya no encontramos.
RH: Hay que hacerle ver estas cosas a los nuevos
historiadores y coleccionistas porque si acaso agarran algo porque en general a
las nuevas generaciones no les interesa.
PP: Pero hay gente Raúl, interesada en rescatar.
RH: Hay gente que se interesa un poco mas que los
demás. Yo por mi parte hago algunas cosas en fin, yo no tengo mucha esperanza
en que esto se vaya a revertir, y no es solamente acá, el mundo esta en esa
crisis.
PP: Si la gente esta interesada en otras cosas,
el consumismo, el materialismo, hay otras cosas, nadie se preocupa de tratar de
revivir ni de buscar el patrimonio histórico, pero esto es memoria histórica
absoluta lo que estamos hablando.
RH: Bien Patricia yo te agradezco por esta
entrevista, y que te hayas acordado de este viejo.
PP: Todo lo contrario
RH: Siempre es grato recordar cosas de Lebu,
ciudad a la que mis mayores están tan vinculados y como te digo creo que mi
primer y segundo pololeo fue en el “Rosal”, pero de eso no te voy a contar
porque los caballeros no tienen memoria.
PP: Que interesante, que bonito, son cosas muy
personales, pero como todos los amores de esa época debió ser algo muy hermoso,
sobre todo por el paisaje maravilloso que también tiene mucho la culpa, porque
es un gran Cupido, el paisaje en tos casos no. Raúl
RH: Si
PP: Raúl, yo te agradezco mucho, mucho tu
deferencia
RH; No, ha sido un agrado, nada que agradecer
PP: Tu tiempo,
sobre todo tú que eres un tremendo historiador, de una gran familia
RH: No exageres
PP: No, si yo se de donde vienes, yo lo se porque
te conozco, conozco a tu familia, la verdad es que tu tiempo que me has
dedicado en esta entrevista ha sido para mi ha sido una linda experiencia. Toda
esta entrevista esta grabada, y será publicada en la Revista Cultural El “Bote”
que se edita en Lebu, y bueno desearte siempre mucho éxito, porque supongo que
estas escribiendo, estas haciendo cosas, cierto, con esa memoria privilegiada
como que no
RH: Si siempre
PP: Bueno, espero que nos acompañes cuando se
construya y se inaugure este museo que pretendemos crear
RH: Si, claro, pero hay que ver como este la
salud, porque ya a mis 83 años no se pueden planificar muchos viajes, pero en
fin, si puedo lo voy a hacer con todo
gusto.
PP: Muchas gracias Raúl
RH: Gracias a ti Patricia por haberme
entrevistado, que estés muy bien, buenas noches.
Publicado en Revista Cultural "El Bote", n
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