miércoles, 16 de septiembre de 2009

REMINISCENCIAS DE NAVIDAD

Por lo general en estas fiestas de fin de año surgen recuerdos de otras navidades, y yo me detengo en la navidad de 1969, blanca y hermosa navidad en Lebu. Evocaciones que vienen caegadas de nostalgias de otros tiempos.
Me detengo precisamente en el año 1969, año en que adverti una especial esfervecencia en el ambiente de la ciudad y su entorno, de preferencia en las casas, que en ese período de navidad abrían sus puertas de par en par como el punto de encuentro que daba paso a la cordial y sincera amistad. Esto era algo asi como un tour recorriendo los familiares hogares y ese espíritu navideño de aquel entonces para compartir la humana reflexión de tan significativa fecha. Junto al enorme pino navideño que nos regalaba entre otras cosas su habitual fragancia, también estaba presente el ponche heladito que llegaba junto al preciado pan de pascua, ese mismo que habían horneado tantas veces nuestras viejas abuelas con recetas de la antigua repostería alemana. Estas llegaron a ser famosas en Lebu y felizmente se transmitieron entre los familiares por largos años. Al decir recuerdos de otras navidades me viene a la memoria la casa del matriminio formado por don Augusto Echeverry y su esposa doña Iris Hanne. Doña Iris era hija de don Juan Hanne, propietario de una importante empresa de vapores que se estableció en Lebu, y cuya representación se encontraba en la calle Rioseco S/N.
La señora Iris Hanne contaba con una gran colección de antiguas recetas traídas de Alemania. Muchas de estas fueron pasadas a enormes cuadernos para ser traducidos al castellano, especialmente lo que tenia que ver con la antigua reposteria.
Doña Iris hacía gala de esta dulce herencia y despertó una gran admiración en aquellos que conocieron su habilidad en la preparación de dulces y pasteles a la más pura usanza alemana. Como olvidar esa hermosa cocina que lucia extremadamente pulcra. Lugar que llamaba la atención por su atractivo y selecto buen gusto, decorado con muchos objetos en lozas de Bavaria.
Todo lo que habia allí tenia un registro histórico, por ejemplo, entre los objetos rescatados de antiguos naufragios, recuerdo haber visto un hermoso espejo a la entrada de esa casa, el cual fue rescatado del vapor, "Yoserif" tras el hundimiento de éste, frente a la playa larga de Lebu.
En el cálido hogar del matrimonio Echeverry- Hanne, más de alguna vez disfrutamos un delicioso trozo de kuchen, servido sobre delicados platitos de porcelana. Este acompañaba a la hora del té la humeante taza de leche con chocolate, servido con un cucharón de loza, cucharón que como todos los demás objetos tenia una historia que contar. No está de más acotar en este recuerdo que el primer automóvil que se vio circulando por las calles de Lebu, fue propiedad de este matrimonio. Sin duda esto fue todo un acontecimiento para Lebu el año 1929. Vuelvo al mes de diciembre de 1969. El viento se encarga de pasear los aromas que se cuelan desde las cocinas.
Alguna olla que se sube derramando su leche y nos invade su penetrante aroma junto al del clavo de olor, olores que nos invitan a celebrar las ansiadas fiestas.
Vitrinas y tiendas para la magia de los regalos "La Casa del Regalo" en la calle Pérez. Era el lugar obligado para comprar aquel regalito y además, habia un descuento también porque la Paty Pìnto era nuestra amiga. Así que saliamos regalados y hasta nos sobraba plata para irnos al "Hanga Roa"a escuchar nuestros discos favoritos en el atractivo wurlitzer. Epoca en que los discos de Leonardo Favio se escuchaban una y otra vez. También titulos cantados por: Salvatore Adamo, Raphael, y Los Iracundos. Por las ventanas que daban a la calle Alcázar, veiamos la gente que iba y venía tras las compras navideñas. Recuerdo que se formaban choclones en la esquina de la tienda "La Feria", por las buenas ofertas que el señor Kamal ofrecía. Eran los tiempos de ENAP, habia plata y se abrían nuevas tiendas.
En la calle Bulnes se encontraba la casa de las señoritas Ilse y Lina Haverbeck, a quienes desde muy niña llamaba tías por csu cercania y amistad con mi familia. A la más pura usanza alemana ellas también habían seguido la tradición de sus antepasados y durante la época de navidad, las veiamos con sus blancas pecheras y gorras preparando esas enormes cantidades de frutas confitadas, las más diversas figuritas de mazapán y las decorativas frutitas multicolores, que se veian preciosas sobre las enormes bandejas que esperaban ser retiradas para los habituales festejos de esos días. Las hermanas Haverbeck pertenecian a la colonia alemana residente en Lebu y en su juventud se habian dedicado al arte del bordado a mano. En lebu llegaron a ser famosas bordando trajes de novias, manteleria y ajuares. Es así como la familia Haverbeck, echa raíces en Lebu, en una vida feliz y prolongada.
No era extraño ver alguna vecina (papel y lápiz en mano)entrando al gran "Hotel Rocha" de calle Pérez, para hablar con la Clarita, encargada de la cocina del hotel, quien era experta en prepararlo todo. Tenia una mano de monja y podia hasta dictar clases de economía doméstica,
mientras juntaban los ingredientes para comenzar a prepararlos nutritivos panes navideños. Por algo fue la mano derecha de doña Selma Manchot, personaje clave de este período, porque no hay que olvidar que cuando llega a Lebu la ENAP (Empresa Nacional del Petroleo), con un gran número de trabajadores, acondicionó en tiempo record nuevos baños y piezas para recibir al personal que entre ingenieros técnicos y obreros formaban un grupo numeroso de personas. Bajo el sol de diciembre vi gran cantidad de lana que se secaba, lana que serviría para rellenar nuevos colchones, tal era el esmero en ofrecer un buen hospedaje.
La ENAP había instalado por aquella época una torre grande de perforaciones en la zona de Tubul y levantó en ese lugar un campamento para sus trabajadores. Se conoció como el equipo de perforaciones N 9, a cargo del ingeniero primero Walter Millar y el ingeniero Enrique Vidal a cargo del personal. Se rumoreaba por aquella época que el pétroleo no estaba maduro, se arreglaron caminos, especialmente el que unia Santa Rosa y Lebu. Otra buena parte de este personal se hospedó en el "Hotel Venturelli", el que repletó de igual forma su capacidad hotelera.
En este último hotel se realizó un gran baile en los días previos de la navidad y se coronó a la reina elegida por el personal de dicha empresa, que resultó ser la señorita Lilita Vidal, hija del ingeniero Enrique Vidal.
Esto ocurria en el año de 1969. Por medio de la radio nos enterábamos de la cartelera cinematográfica, para el teatro de Lebu. Se habían exhibido las películas
más taquillas del año, como por ejemplo las de los argentinos Palito Ortega y Sandro, y por supuesto a teatro lleno. También estuvieron presentes en las veladas de fin de año un grupo de jóvenes que cantaban las canciones de los Bic a Brac y los taquilleros Diablos Rojos que nos traian el ritmo y los instrumentales de otros veranos como: "Playa Solitaria", "Sonambulismo", y "Te Quiero". Lucho Fuentes Chamorro y su guitarra eléctrica, con chaqueta de cuero patillas y todo, era un colérico más de la época y tantos otros talentos que por el escenario del teatro pasaban en dichas veladas, panoramas que iban y venian y todo el mundo feliz.
La navidad de este año 1969, se vivió en la más absoluta camaraderia con villancicos y todo. A los sones del viajo piano del pequeño saloncito a la entrada del hotel, todos nos hicimos regalos que repartíamos junto al inmenso árbol levantado en el comedor.
Así han ido surgiendo estos recuerdos que forman parte de mi vida y que están intimamente ligados a Lebu. Rostros queridos que desfilan en mi memoria y que afloran nuevamente en estas fechas, en que todos recordamos con profunda nostalgia a aquellos que ya no están entre nosotros: el amor eterno e inolvidable de mis padres, Alejandro Pizarro Soto, y Silvia Silva Robles
Mi gratitud también para Audelia Faúndez. Gracias por tu paciencia, siempre te recordaré. El ejemplo notable de la fraternidad de Selma Manchot y por último ese ser divino que fue Lidia Quiroga, que nos dejó la ejemplar enseñanza y sabiduria y su amor por el prójimo, especialmente los más desposeidos.
Navidad que nos lleva a la reflexión en la profundidad de nuestro interior y que en cada uno de nosotros renueva nuestro compromiso de hermanos para buscar la paz.

Publicado en la Revista cultural "El Bote" n 56, Diciembe, 2008. Lebu