martes, 19 de mayo de 2015

DOS POEMAS PARA DESPEDIR EL VERANO





Se sabe que Lebu cuenta con sus propios poetas: Gonzalo Rojas Pizarro, Elvira Hernández, Luis Antonio Faundez,  Patricio Figueroa González, Betty Fernández Herrera, etc., pero muy poco se sabe de los poemas que han sido escritos para esta ciudad, quisiera rescatar para despedir el verano dos de estos textos, se trata de textos de los poetas Samuel Antonio Lillo y Braulio Arenas, ambos lejanos en el tiempo y lejanos en su corriente estilística, sin embargo muy cercanos en el momento de ver en Lebu un motivo inspirador.     




AÑORANZAS     

Cuando ¡oh! Lebu, llegué por tu rio
a la hora en que suben los cuervos del mar,
aún sonaban los pasos del tercio de Arauco
que fundara tu escuela y tu altar.

Se agrupaban tus casas de claros colores
De la virgen montaña a los píes,
En tus huertos había verdor de renuevos,
Y en tus calles, perfume de boldo y laurel.

¡Oh! Qué tiempos aquellos! El bosque animaban
Los choroyes parleros y el grito del león,
Y en el Lebu apacible sonaban los remos
De la lenta canoa de algún mocetón.

Desde la honda montaña bajaban
En las tardes serenas de Abril,
En silentes hileras, las balsas cargadas
Con sus altos castillos de ulmo y pellín.

Mas un día llegaron los barcos temidos
Esparciendo las llamas y el humo en redor,
Y robaron al bosque, al agua y al cielo
Para siempre sus sueños de paz y amor.

Y marchosè la banda de cuervos, que antes
en la orilla del rio tranquila durmió,
a pedir un refugio en la indómita selva
a sus viejos amigos, los loros y el león.

¿Qué se hizo tu verde montaña araucana
Con sus rojos copihues, sus ulmos en flor,
Con sus dulces panales de abejas silvestres
Y su fresco raudal soñador?

En tus mudas quebradas no canta el chucao
Sorprendiendo al viajero con su agria canción,
Ni en los troncos golpea el vivaz carpintero
De plumaje enlutado y de rojo morrión.

Ya no cierran tus calles las suaves colinas
Alfombradas entonces de murta y chequén,
Por las cuales bajaba corriendo hacia el rio
De los aucas costeños el raudo tropel

Hoy su escarpa rojiza está llena de grietas
Que abrió ayer la ambición
De los hombres que buscan la ligera lignita
Que, en sus fibras, aùn guarda los rayos de sol.

Samuel Antonio Lillo, Del libro: “Bajo la cruz del sur”.




LEBU

Para Gonzalo Rojas

Un desolado dia,
De un cielo torrencial,
De gris y verde el mundo,
Fuime hasta Lebu.

La selva verde parecía darnos
un reparo del viento,
y  no cumplían su palabra los arboles
pues al caer sus hojas parecían duplicar la lluvia.

El gris, ¿el gris de qué?
El gris del mundo
Detenia a la tarde para siempre.
Gris y verde, volábamos
en un destartalado carricoche.
A lo lejos se errguia el Nahuelbuta,
El Nahuelbuta, el mismo
Que don Diego Duble cantara un día

Y asi entre saltos locos por el mundo,
Por vueltas por el cielo, que reparo en la tarde
Llegamos hasta Lebu.

La lluvia ceso al punto, como en un homenaje del invierno,
Y el sol salió a alumbrarnos,
A escurrir su dorado color sobre aquel negro
Calor carbón del mundo.

Lebu, Lebu,
Pueblo carbón de hombre,
Minas negras crepitan para darnos
La ilusión de una hoguera,
La ilusión de un brasero en que todos
Los hombres vengan a extender sus manos,
La ilusión de un hogar por siempre ardiendo
En el que bulla la marmita alegre,
La ilusión de un pequeño,
Si, de un pequeño fuego
De un fuego no más grande que ese niño
Que tirita de fio, sin ropa, sin amor a la intemperie.

Lebu, Lebu,
Tan pobre, tan aislado, tan invierno,
Tú que das el carbón, no ya a los hombres,
Sino hasta el mismo cielo,
Pues, bien mirado, el sol que en esa tarde salía a recibirnos,
Era la brasa de un carbón quemante,
Una brasa de luz para guiarnos, hasta el negro secreto de la vida.

Lebu, Lebu
El mar te da su azul más absoluto
El mar azul, el mar, en donde un hombre
Que tú llamaste Baldomero Lillo, bañó su más poética mirada

Mar y carbón unísonos,
Agua y fuego a la vez,
Y una caverna grande, una caverna acaso más grande y misteriosa
Que la que pude ambicionar de niño
Para correr por ella con mi sueño,
Una caverna era la puerta de ese mar,
Y entre sus rocas, esa Roca del Toro, asi llamada,
Dejaba que el lamento se escapara: El lamento del mar.

 ¿O era el lamento de la pena del hombre?
¿O el lamento sin lágrimas del niño?
¿O el lamento de aquella madre eterna?
El lamento más negro del carbón, por esa roca viva se escurría.

Yo escuche ese lamento,
Lebu, Lebu
Era tu propio grito allí expresado
Tu mismo grito transformado en mar.

Braulio Arenas, Del libro: “En el mejor de los mundos”.



















ANITA SOTO: UN PEQUEÑO HOMENAJE A SU LABOR COMO EDUCADORA


Mi crónica de este mes es un pequeño homenaje a quien considero parte fundamental de la historia de Lebu y de su patrimonio humano, me refiero a la gran educadora
Anita Soto Faundez, y a su figura que se inscribe con toda propiedad en la línea de las grandes educadoras chilenas como Amanda Labarca. Anita Soto Faundez nace en Lebu el 24 de agosto de 1930, y nace como designada al apostolado de la educación, pues realizo desde 1955 a 1957, sus estudios en la Escuela Normal de Angol. Las difíciles condiciones de transporte, la infructuosidad de los caminos y la distancia no fueron obstáculos para que fuera profesora rural en las escuelas de Antilhue, Pilpilco, Antiquina, y también en la escuela n 1 de Lebu, y en la escuela de hombres “Los filtros”. Esta vasta y humanizadora experiencia como maestra rural en los sectores rurales, mineros y también urbanos, le dio sin duda una base trascendental para ser luego miembro del equipo técnico de la Dirección Provincial de Educación, siendo clave en la formación de generaciones de profesores que luego se desempeñarían en los sectores rurales de toda la provincia.
Sin duda alguna la gran preocupación de Anita Soto Faundez ha sido no solo el perfeccionamiento docente sino humanizar la misión docente, esto finalmente corona sus esfuerzos con la designación de Directora Provincial de Educación, cargo que cumple y ostenta cabalmente. Adentrándonos un poco más en la biografía íntima de Anita Soto, debemos señalar que está casada con Mario Garcés Vargas, y que es madre de tres hijos: Víctor Hugo, Mario Alejandro y Yoyita Garcès Soto. Cabe destacar que Víctor Hugo Garcés, desarrollo durante varios años una destacada labor en el profesorado, además de ser un entusiasta difusor del patrimonio arquitectónico de Lebu, desempeñándose actualmente como Vicepresidente del Instituto Histórico. Otro aspecto importante que quisiera destacar es el parentesco directo entre Anita Soto Faundez y Hortensia Soto Figueroa, madre del historiador Alejandro Pizarro Soto, y de la folklorista nacional Gabriela Pizarro Soto. Agregar además el parentesco con Norberto Soto Gilabert. Hortensia Soto Figueroa, fue concertista en piano, recopiladora de antiguos juegos infantiles y poeta, destaca entre sus obras la creación del himno de la Escuela n 55 de Santiago. Norberto Soto Gilabert, fue periodista y escritor, primer presidente de la Sociedad de artesanos socorros Mutuos” de Lebu y uno de los directores del partido liberal de Lebu, fue además secretario personal del poeta y autor de nuestro himno nacional, Eusebio Lillo. Quisiera finalizar este pequeño homenaje, y creo que es justo destacarlo, diciendo que detrás de la señera figura de Anita Soto, esta la conjugación precisa de ternura y carácter que le permitió desarrollar con entereza esta vocación de educadora, vaya también por esta razón un homenaje a su señora madre doña Audolia Faundez, una gran mujer cuya generosidad en la entrega de valores no solo se limito a sus hijos sino también a la suscribe. Como última consideración quisiera agregar que fue crucial el aporte de Anita Soto en lo que respecta a haber facilitado documentos y archivos familiares durante la gestación del libro “Lebu, de la leufumapu a su centenario” de Alejandro Pizarro Soto. Anita Soto Faundez ya es parte de nuestra historia local, en nombre de todo el profesorado y alumnado de Lebu y sus alrededores te doy las gracias por tu gran labor formadora y docente y por cumplir con lo que es la base de toda sociedad: La educación. Hoy 24 de agosto las alumnas celebran un nuevo cumpleaños de la maestra Anita Soto Faùndez, y nos sumamos a esta celebraciòn. 















 




ALBERTINA MANSILLA UNA POETA EJEMPLAR DEL SUR DE CHILE







Referirse a la poeta chilena Albertina Mansilla, es referirse no solo a una gran poeta chilena sino a un ser humano ejemplar, que tanto en su vida como en su obra ha sábido demostrar una consecuencia extrema y una fidelidad implacable a la palabra poetica. Nacida en la localidad de Curamin, provincia de Palena, su relación con esta zona del sur de chile es un aspecto preferencial en toda su escritura, a través de una capacidad evocadora y fabulesca, ella nos cuenta de su infancia y juventud como si nos estuviera narrando algo inmemorial y perdidamente entrañable, muchos de sus poemas son cuentos, tienen una estructura narrativa que subyace, lo que se debe también en parte a que ha sido una lectora voraz de narrativa chilena y universal. Volviendo a la biografia de esta poeta podemos consignar que muy joven arribo a Santiago de Chile, y que su vocación de servicio la llevo a matricularse en la carrera de licenciatura en educación en la mitica Universidad Tecnica del Estado, obteniendo el titulo de profesora con mención en Educaciòn Diferencial. Sin embargo este no será su destino definitivo, ya que el reino de los libros la llama y es asi como se desempeña por mas de treinta años en la Direcciòn de Bibliotecas Archivos y Museos, llegando a ser nada menos que directora de la Biblioteca Jose Maria Arguedas. Durante todo este periodo conoce y entabla amistad con grandes escritores chilenos como Francisco Coloane y Alfonso Calderòn, Pero el reino de los libros y el reino de la naturaleza no fueron excedidos el uno por el otro, nuestra poeta siempre ha vivido entre ambos reinos, logrando una singular ecuación de arte y vida. Albertina Mansilla es miembro de la Sociedad de Escritores de Chile, del grupo literario femenino “Por la senda de Gabriela”, también llamado “Grupo de las trece”, también esta vinculada al “Grupo Fuego de la poesía” y a la” Corporaciòn Cultural Caballo de Fuego”, además es activa colaboradora de la Revista del Taller Literario “Joan Brossa”, del Centre Catala. Y justamente de ese reino de los libros, mencionamos los que nuestra poeta ha publicado: “Esta sal que trae el viento”, Patricia Caruti, Alejandra Leal Ladròn de Guevara y Albertina Mansilla, Editorial Semejanza, 2003. “Crisol poetico”, tesòn y vuelo de ocho poetas hispanoamericanos, Elsie Wood, David Tijerio Osorio, Josè Sernà Andrès, Lucy Sepulveda Velasquez, Octavio Fernandez Zotes, Antonio Casado Da Rocha, Francisco Carrasco Iturriaga, Albertina Mansilla, impreso en Lom Ediciones, 2009. “Convergencia crepuscular”, Annabella Brunning, Edith Contador Villegas, Nelly Salas Vargas y Albertina Mansilla, Editorial Safo, 2012, además ha sido antólogada en diversas revistas y antologías chilenas y extranjeras entre ellas: "Nueva Siembra, 1997; "Mujeres frente al Mar", 2003; "El Libro de la Lluvia", 2006; "Primera Antología de Poesía Rayentru", 2007; "Palabra Peregrina", 2007; "Poesía de Fuego"2009, y “Antologia por la paz del mundo”, Volumen n 1, Australia. También nuestra poeta ha viajado a encuentros de poesía al extranjero, destaca su participación como poeta invitada a la Feria Internacional del libro de Buenos Aires en 2007, al Encuentro Internacional con la Palabra, Colombia 2013, y al Encuentro poesía por la paz, Ecuador en 2014. Sobre su obra extractamos algunos juicios de algunos escritores chilenos. Nain Nomez señala que en los poemas de Albertina Mansilla se advierte una fuerte critica a la modernidad falsa que adorna nuestro precario progresismo, asi como se ironiza acerca de la propia función del poeta y sus poderes fatuos. Esta visión negativa se intensifica con cieretas imágenes que recrean la represión y la muerte (la dual imagen del tren como nostalgia de un tiempo perdido y como memoria de la destrucción). Por su parte Ana Maria Vieira dice, Albertina Mansilla teje sus poemas pausadamente con una mirada sencilla y transparente que nos recuerda los arcoíris de su tierra natal: Chiloè. Quisiera concluir este artículo sobre la poeta Albertina Mansilla con la esperanza de que en un futuro no muy lejano, Lebu pueda contar con su visita, y pueda Albertina Mansilla conocer los mares y bosques de esta zona que sin duda seran parte de algunos de sus poemas.


EL HUERTO QUE NUNCA EXISTIO

Coger frutos del huerto.
Rogar a la higuera
que florezca,
pero ella inmutable permanece
cubierta en su sombra.
Mirar la luna en el agua
en la noche de San Juan,
y no ver tu rostro
en el reflejo del cristal.

Lavarme desnuda en el arroyo
Al amanecer,
y sentir que la nada
cabe en la punta de un alfiler.

Salir de mi casa con una maleta
cargada de frutos amargos
y alejarme para siempre
en el túnel del tiempo.

Llegar a una aldea remota
donde los hombres caminan al revés,
pero nadie lo nota.

Seguir a una mujer virgen a punto de parir,
perseguir a un ebrio que canta canciones de Gardel,
cabalgar en el océano persiguiendo al Caleuche,
vivir en un hoyo negro alumbrado por un cometa
de millones de años luz.

Tragarme una lágrima
cuando está a punto de caer la noche
con su estruendo de penas.

Ver a los niños que caminan en la calle
Sin saber del regazo tierno de una madre.
Y la soledad vestida de negro
que se asoma por las ventanas
de una casa deshabitada en la ciudad
que nunca existió.











PRESENCIA EN LEBU DEL CAPITAN DE FRAGATA EDUARDO LETELIER VIDAL





El pasó por Lebu de Eduardo Letelier Vidal en su condición de Capitan de Puerto
Marca un hito trascendental, tanto para la Armada de Chile como para la comunidad lebulense. El Capitan de fragata Eduardo Letelier vidal, asume la capitania de puerto tras el terremoto del 2010, y la asume de forma impecable, humana y comprometida.
Ejerciéndola con los valores más profundos y nobles del ser humano.
No se limito en lo absoluto a su rol como Capitan de Puerto, lo excedió de sobremanera en su empeño por cumplir íntegramente con su misión para con Lebu, trabajando y restándole  horas incluso a su descanso personal. El asumir la Capitania de Puerto significo un doble desafio para su impecable gestión, puesto que su idea era también fomentar y crear una conciencia histórica del patrimonio naval de Lebu, asi es como podemos enumerar y detallar todos los aportes que realizo durante su periodo.
En primer lugar fue suya la idea de que Lebu contara con un museo dedicado a los naufragios acaecidos en la zona, para estos efectos, su propuesta consistía en que la comunidad donara objetos que hubieran pertenecido a los barcos que sucumbieron en esta zona, por ejemplo el “Yoserik” , el “Transporte Angamos y el “Antofagasta”. Uno de los objetos rescatados es justamente el sillón perteneciente al capitán del “Transporte Angamos” Ismael Suarez Maldonado, reliquia que hoy está bajo la custodia de la Capitania de Puerto que lleva justamente su nombre. A pesar de las donaciones de algunos objetos, este proyecto de museo quedo como una idea a futuro, sin embargo sento las bases para que en Lebu, hubiese cierta preocupación y revalorización de todo este patrimonio. Otra de las obras de Eduardo Letelier Vidal relacionadas con esta materia fue la instalación de un monolito justo en el lugar donde donde fueron devueltos por el mar los cuerpos provenientes del naufragio del transporte Angamos, exactamente frente a la punta de Chimpel, de esta forma este monolito con forma de obelisco con una base de 1 m2 y 1,5 mts. de alto de color blanco con una bandera Chilena pintada en uno de sus costados frente al mar y con una inscripción escrita en èl rinde un homenaje permanente a los 269 mártires del màs grande de los naufragios ocurridos en la zona de Lebu en julio de 1928.   
El exitoso operativo a Isla Mocha, realizado entre los días 7 y 8 de marzo del 2012, fue una obra que realice gracias al apoyo y ayuda de Eduardo Letelier Vidal, este operativo que tuvo énfasis en la atención dental de los habitantes de la Isla con un equipo formado por odontólogos de la Universidad Andrès Bello, no hubiera sido sido posible sin su ayuda y apoyo. En 2012 tambien destaca otra acción benefactora de Eduardo Letelier, como fue la entegra de juguetes a los niños de Isla Mocha, una verdadera lección y ejemplo de altruismo y humanidad. Debo también destacar su amor inmenso por los animales que mutuamente comparte  con su compañera Francisca Palma, no hubo un solo dia de su estadia en Lebu, que no se preocupara por los perros que estuvieran en criticas situaciones de abandono, gesto que llamo profundamente la atención en los niños, cambiando en ellos su conciencia. respecto de los animales y su debido respeto. Basta con mencionar como parte de esta historia a una perrita abandonada bautizada como Almendra. Este amor por los animales de nuestro ex capitán de Puerto es una característica que comparte mutuamente  junto a su compañera Francisca Palma y que no dudamos que heredada la pequeña Josefina Vidal Palma.
Quisiera destacar que Eduardo Letelier Vidal en su multifacetica labor, también nos sorprendió un dia, con sus creaciones pictóricas, nos sorprendió doblemente puesto que organizo una exposición individual con sus obras en el Club Naval de  Lo Curro, en la ciudad de Santiago. Estas obras fueron hechas nada más y nada menos que sobre telas pertenecientes al emblemático Buque Escuela “Esmeralda”, de manera que se producía una sorprendente simbiosis entre motivo y formato, es decir pintar paisajes de lebu, y barcos sobre telas que pertenecieron a un buque. Estas obras pictóricas de Eduardo Letelier Vidal nos recuerdan por momentos las obras del pintor Thomas Somercales.   
El paisaje de Lebu, ese mar turbulento, despertaron en èl, aquella vocación artística.
Otro hito de su multifacética personalidad esta relacionada con la poesía, su admiración por los poetas chilenos Armando Uribe Arce y Gonzalo Rojas. Respecto a este último es necesario destacar que Eduardo Letelier Vidal tuvo un papel fundamental en la  incorporación de un texto poetico de Gonzalo Rojas escrito y fechado en Lebu, que se agrego al volumen de sus obras completas “Integra” compilado por Fabienne Bradu y publicado por el Fondo de Cultura Economica. En la página asignada a este texto y al pìe de página consta el agradecimiento a Eduardo Letelier Vidal.
Con respecto a esto último valoro enormemente el aporte que nos hiciera a nuestra querida Revista “El Bote”, en el segundo aniversario de la partida del poeta Gonzalo Rojas Pizarro, donde nuestro ex Capitan de Puerto leyó con profundo sentimiento el citado poema en una ceremonia organizada por nuestra querida agrupación cultural.   
Cuando le pregunte a Eduardo Letelier que se llevaba de Lebu, el respondió de inmediato que no solo la profunda admiración por los pescadores artesanales de este querido puerto, acotando que ellos son los frutos de las antiguas minas, por cuanto muchos de ellos son hijos o nietos de mineros, luego agrego que el tiempo dara su veredicto de lo que fue su estadia en Lebu. Lo que si afirmo es que se va feliz,     
Sòlo por el hecho de que aquí en Lebu llegamos dos y nos vamos tres, refiriendo a su pequeña hija Josefina Paz.
De esta manera hemos detallado y revisado el legado del que es para mi el mas señero de los capitanes de puerto que ha pasado por la ciudad de Lebu, no es frecuente que lo humano y lo profesional se conjugen de esta manera, sin embargo ejemplos como el de Eduardo Letelier Vidal marcan un antes y un después, y quisiera que este articulo sea un homenaje a su labor, y al notable desempeño que tuvo en su periodo como nuestro Capitan de Puerto.En nombre de la ciudad de Lebu, de nuestra Revista Cultural El bote, le doy las gracias a Eduardo Lelelier Vidal por su invaluable aporte tanto a la comunidad de Lebu como a su historia y patrimonio naval.
Para concluir esta crónica, en su debido momento tuve el honor de despedir al Capitán de Fragata Eduardo Letelier Vidal en los días previos de su viaje a Haiti, donde fue destinado para realizar una misión humanitaria, no nos cabe duda que la cumplió o estara cumpliendo en forma inigualable.