miércoles, 14 de mayo de 2014

NUESTRO ENCUENTRO CON ISLA MOCHA





Sastifactorio fue el resultado del operativo odontológico realizado en Isla Mocha, hasta donde llego un equipo de voluntarios con el fin de dar asistencia dental, a los habitantes de ese apartado punto de nuestra región. El operativo estuvo a cargo del cirujano dentista de la Universidad de Chile, Doctor Hernan Verdugo Encina, (quien se desempeño durante cuarentaicinco años en el servicio dental de la Posta Central de Santiago) y es quien estuvo a cargo en este operativo de los estudiantes de la Facultad de Odontología de la Universidad Andrés Bello, de nuestra capital. ellos son Ignacio Verdugo Pizarro, Andrea Rodriguez, y Sergio Dinamarca, también hizo su valioso aporte el estudiante del Duoc Marco Alvarado, confeccionando las fichas clínicas de cada uno de los pacientes atendidos. Para este efecto se ocuparon las dependencias de la Clínica Dental que posee la Posta Rural de Isla Mocha, a cargo del paramedico Eric Zapata quien dio todas las facilidades para este objetivo. Durante los días 7 y 8 del mes en curso la atención comenzo aproximadamente a las ocho y media de la mañana y se prolongo hasta cerca de las tres de la tarde, esta atención dental abarco niños de dos años hasta adultos mayores sobre los ochenta años. Nuestra gran recompensa fueron todas aquellas muestras de afecto y gratitud que recibimos en medio de las expresiones de agradecimiento. Considero un deber destacar tanto el admirable desempeño como la impecable gestión del Teniente Marina, Capitán del Puerto de Lebu Señor Eduardo Letelier Vidal, quien ha dejado de manifiesto su gran condición humana que se ve reflejada en su gran espíritu de servicio, al preocuparse de los lugares mas apartados, donde mucha gente tiene muy pocas posibilidades, de poder viajar al continente. También pude llevar mi gestión cultural hasta la Escuela Rural de Isla Mocha, donde tuve la enorme alegría de compartir con Mariana su directora, quien me manifesto que la Revista Cultural "El Bote", constituye para la escuela un valioso aporte de apoyo para los profesores y alumnos. Estamos ciertos de que esta revista entrega un excelente material y me alegra y emociona a la vez el haber podido ver unos cuantos ejemplares en la Biblioteca de la Escuela. También me divertí mucho con la historia de los gansos que a toda hora caminan por la Isla, especialmente por la orilla de las playas. Estos son llamados los "Gansos Rocha". La historia de estos gansos comienza hace un tiempo atrás cuando nuestro querido y gran amigo Jaime Rocha visito la Isla Mocha llevando de regalo unos huevos, que pronto pasarían a ser estos atractivos y emplumados personajes. Durante las horas del operativo me dedicaba a recorrer algunos lugares cercanos para conversar con la gente y así conocí a unas personas increibles que se dedican a la pesca artesanal, quienes además me relataron historias de la mitología propia de la isla, también quede muy sorprendida por el conocimiento arqueologico que poseen muchos de ellos, es la información que se va heredando a través de las generaciones por medio de la transmisión oral y que probablemente ha venido de sus ancestros. En la Isla mocha hay muchas personas que tienen a su cuidado una cantidad interesante de cerámicas de la cultura Lafkenche, fosiles, puntas de flecha, antiguas conchas y caracolas que constituyen un legado que ellos respetan mucho y es así como se han prevervado estas importantes colecciones que son dignas de ser exhibidas en las vitrinas de un museo. Este interesante patrimonio de la Isla Mocha, merece un lugar de honor en nuestra historia. Que grato es poder volver a recordar todos aquellos momentos vividos en esta inolvidable travesía hecha a la isla por mar que nos ha dejado el mas bello y grato de los recuerdos, fue todo tan increíble y mágico a la vez, aun creo estar a borde de esa lancha de la Armada de Chile, donde disfrute una navegacion increíble junto a mi marido y a mi hijo Ignacio que junto a sus compañeros de Universidad se emocionaron tanto al divisar la isla desde lejos, luego de cinco horas de impresionante navegacion. También en la Isla Mocha pude observar, la increíble convivencia que existe entre los animales, ellos viven en un grado tal de armonía que sobrecoge el corazón, perros jugando ente las vacas, gatos jugando entre las aves, la insólita amistad entre los corderos y los perros, y aquellos adorables y sociables gansos que aquí en la Isla no acostumbran a huir del hombre y tampoco atacan a nadie. En medio de la Isla nos topamos varias con los anuncios de la CONAF, los que invitan a cuidar este verdaderos tesoro arqueologico con sus aves autóctonas que trinan y sus especies nativas que se encuentran en medio de este hermoso paraje, entre los cerros y los solitarios rincones. Sin duda un lugar para rehacerse completamente y tal vez volver a replantearse a si mismo, y tomar de este lugar las insospechadas energías que sin duda y personalmente percibí en toda su dimensión. Pero como los sueños terminan, ya teníamos que regresar al continente. En nuestra ultima noche en la isla estuvimos invitados a una inolvidable velada en la unidad que en la Isla Mocha mantienen los marinos y sus respectivas familias, con el acompañamientos de guitarras todos corearon las canciones ochenteras, en medio de un buen e infaltable asado de cordero. La Isla Mocha nos despidió con una espectacular noche de luna, resplandor que en medio de la noche parecía como si se hubiese detenido el tiempo en alguna época muy lejana.


Publicado en Revista Cultural "El Bote", n 85, Marzo, 2012, Lebu.

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