La
primera vez que escuche a la poeta Tatiana Olavarria fue el año 1992 en un
recital del taller de poesía “Isla Negra” dirigido por el poeta Edmundo Herrera
en la Sociedad de Escritores de Chile. Por ese entonces en cada recital se
repartían trípticos con los textos de los poetas, y recuerdo que allí venia un
poema de Tatiana Olavarria que releí muchas veces y el cual pertenecía a su
libro “Andenes de cielo y tierra”. Su
poesía capta en forma fina, erótica y mágica y trascendente los enigmas de la mujer, a través de símbolos
que resaltan siempre la condición femenina como sacerdotisa, maga, amante pero
también como mujer de todos los días, que lucha, que reclama un lugar mas
preferente en esta sociedad. Al poco
tiempo de leer estos poemas tuve la oportunidad y el honor de conocer también a
aquel ser que estaba detrás de esos poemas y me encontré con una mujer
excepcional, de dimensiones espirituales únicas y de un sentido de humanidad
formidables. Tatiana Olavarria no solo es una gran e importante poeta chilena
sino además una gran mujer, con ética, compromiso y amor por la humanidad. Si nos
referimos a su actividad profesional destacamos que Tatiana Olavarria (Chile,
1949) fue profesora normalista, y gerontóloga, pero sin duda su legado y la
esencia de su ser esta en la actividad cultural, podremos decir también que en su vasta
trayectoria literaria destaca inmediatamente su incansable labor en la
Sociedad de Escritores de Chile, donde actualmente es directora del taller
literario “El Caleuche”. También ha participado en numerosos encuentros de
escritores, Ferias del libro, Mesas de discusión sobre Cultura y Literatura, etc, además del señero rol
cultural que ha cumplido por largos años, en la comuna de Ñuñoa, (donde reside
actualmente) y por si fuera poco la amplia actividad que ha desarrollado en
otros organismos culturales como directora de talleres literarios, jurado en
concursos, e impulsora y compiladora de antologías de poetas emergentes, como
lo fue la antología “Desatados Soles”
publicada por la Municipalidad de Ñuñoa en 1995. Además de poeta, Tatiana
Olavarria es pintora y artesana y en todas estas expresiones artísticas se
conjugan los rasgos de su obra poética. Otro aspecto importante es que ha
recorrido nuestro país de norte a sur, y ha
sido invitada a varios países latinoamericanos, destacando su reciente visita
al estado de Chiapas en México. Sus textos también han sido incluidos en
diversas revistas y antologías de Chile, Perú, México, Argentina, Brasil y
Alemania. Su obra poética esta compuesta por las sgtes obras; “Andenes de cielo y tierra”, “Poemas”, y
“Estaciones del paraíso”. Pero no podemos hablar de esta gran y maravillosa
poeta sin transcribir algunos de sus textos. Sea esta breve crónica un homenaje
muy personal y un gesto de admiración hacia la poeta Tatiana Olavarria Araya, a
quien la poesía chilena y la cultura chilena le deben un gran homenaje.
AHUYENTAMOS LA MUERTE
Un gallo aletea
al noreste anular
de tu sangre estrangulada;
recoges mi corazón
pendiente abajo
y nos vamos gozosos,
impuros,
alborotados
temblando
sollozantes,
sin ritos
ni misterios
ahuyentamos
la muerte.
Un gallo aletea
al noreste anular
de tu sangre estrangulada;
recoges mi corazón
pendiente abajo
y nos vamos gozosos,
impuros,
alborotados
temblando
sollozantes,
sin ritos
ni misterios
ahuyentamos
la muerte.
SEDIENTA BOCA ABIERTA A LA LLOVIZNA
Peces deshojados
resbalan
por el arcoiris del sol
hasta mi lengua.
Peces deshojados
resbalan
por el arcoiris del sol
hasta mi lengua.
ESTRELLAS
El cielo
es el manto
acribillado
de la Tierra.
Por los agujeros
veo la luz
del Universo.
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