martes, 13 de mayo de 2014

AL ALERO DEL NACIENTE PUERTO DE LEBU








La historia local nos traslada hasta el verano de 1863, época en que la joven comunidad del Puerto de Lebu contaba con cerca de mil habitantes, cuyo numero se repartía entre la familia y los trabajadores de las minas de los señores Juan Mackay y Matias Rioseco respectivamente, periodo en que la abundancia de mantos carboniferos de Lebu comenzaban a hacer inmensamente cotizados por su gran calidad. Lo mismo ocurría con los fertiles terrenos destinados a la agricultura, que por aquel tiempo tuvo un gran e importante repunte en la economía local, estos hechos hicieron extremadamente necesaria la habilitaciòn de un puerto para Lebu, y así de esta forma pudieran recalar en este sitio los vapores que iban y venían desde el norte y sur del país. Hasta el año 1863, Lebu solo contaba con una precaria caleta y un pequeño e improvisado embarcadero el cual fue descubierto hacia el año 1557, por el Capitán Francisco de Ulloa, quien advierte la presencia de una caleta junto a la desembocadura de un gran rió de mas o menos cien metros de ancho, así informaba a la expedición que llega a Lebu al mando de Garcia Hurtado de Mendoza.
Es así como el puerto de Lebu desde sus comienzos, fue el mas fiel testigo de los diferentes periodos de la historia y el posterior desarrollo de nuestra querida ciudad, y el progreso que alcanzaría un importante auge frente al comercio marítimo entre los puertos del mundo. Es así como parte la historia del legendario puerto de Lebu, el cual oficialmente se entrega el 9 de septiembre de 1863, tras los innumerables inconvenientes que retrasaron por largo tiempo esta obra que fue el anhelado sueño para esta naciente ciudad y tras la infatigable constancia de su gestor el Gobernador Cornelio Saavedra, logra que el supremo gobierno de la época oyera por fin su anhelado petitorio donde se lograba mediante un decreto la habilitaciòn del puerto de Lebu, el que pasaba a depender de la Armada y la Aduana de Talcahuano respectivamente. Lebu ya contaba con un puerto y con ello se abría una ventana al mundo, siendo este un trascendental paso para el posterior desarrollo cultural y económico que no solo tuvo Lebu sino también la provincia, el mismo que mas tarde daría origen a un largo periodo de esplendor que se conoció como la "Belle epoque". El anuario hidrográfico de Chile de 1895, reseña en su pagina 61, el gran movimiento marítimo que alcanzo el puerto de Lebu durante el año 1882, que señala que al puerto de Lebu han entrado 312 buques, 219 a vapor y 93 a vela. Con la habilitaciòn del puerto también se destinaba a su primer Capitán, Teniente Primero Señor Francisco Avila, quien asumía su flamante cargo el primero de noviembre de 1863. Este histórico suceso causo gran revuelo en todos los medios escritos de la época no solo en nuestro país sino también en la prensa del mundo entero, la cual manifestaba elogiosos parabienes ante la nueva conquista obtenida por el pueblo de Lebu.
Pronto comenzaba la recalada obligada en Lebu de los vapores, de la carrera al sur y la historia recuerda el primer vapor que entro a la bahía de Lebu, tras este nuevo e importante periodo de su historia como fue la incorporación en la ruta obligada dentro de los puertos del sur, este fue el vapor "Cloda", se considera el primer buque que entraría a la bahía de Lebu,como lo fue también el primer naufragio que inicia una larga lista que dan cuenta de posteriores hundimientos en las costas de Lebu. Nuestra memoria histórica rescata el nombre de la fragata "Minerva", cuyo naufragio ocurre la madrugada del 16 de mayo de 1864.
Este buque se dirigía desde Iquique hasta el puerto de Coronel a fin de abastecerse de carbón. La nave pierde su ruta frente al golfo de Arauco en medio de un intenso temporal de viento y lluvia siendo arrastrada por la corriente hacia el sur de la costa de Lebu, en donde son avistados por mariscadores pertenecientes a una reducción mapuche quienes prestan ayuda en forma providencial. La admirable pericia de los marinos permite idear un improvisado andarivel entre el buque y la costa, salvando ilesos frente al inevitable naufragio. La tripulación de dieciocho hombres iba a cargo del Capitán de fragata Guillermo Marks, quienes ya en Lebu, quedaban a la espera de ser conducidos hasta el puerto de Valparaiso. Sin embargo el Capitán de la fragata "Minerva" había decidido esta vez anclar su corazón en Lebu,donde poco tiempo después fundaba su familia con una distinguida hija de esta ciudad.

Publicado en la Revista Cultural "El Bote", n 87, Mayo, 2012, Lebu.

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